Centro de escritura

Normativa para la escritura académica

Normas editoriales

Qué son

Aspectos tipográficos

 

Qué son

(1) Las instituciones académicas han desarrollado normas acerca del formato gráfico que deben tener los textos. Se trata de convenciones tendientes a una uniformidad que agilice la lectura. En las instituciones que establecen esta normativa, su carácter obligatorio hace necesario tenerlas en cuenta al presentar un trabajo para su evaluación y/o publicación.

(2) Las normas editoriales de uso más extendido en el campo académico internacional son las de la American Psychological Association (APA), la Modern Language Association (MLA) y el Chicago Manual of Style (CMS). Aún en publicaciones en castellano es habitual encontrar referencias a alguno de estos sistemas como norma.

(3) Estos tres sistemas regulan diversos aspectos que incluyen la extensión del trabajo, su estructura, el tipo de subtítulos a emplear, el tipo de párrafo, las estructuras oracionales, las citas, las referencias bibliográficas, etc. En general, las revistas especializadas en castellano sólo refieren a alguno de estos sistemas para indicar cómo elaborar las referencias bibliográficas y no suelen detenerse en el resto de sus componentes.

(4) También las instituciones de posgrado tienden a adoptar, cada vez en mayor medida, normas que regulen la escritura de las tesis. En ese sentido, pueden desarrollar un sistema de convenciones propio, o remitir a alguno existente o, por último, presentar una versión propia de sistemas ya existentes. En cualquier caso, el autor deberá ajustarse a esta normativa si la hubiere y, en caso contrario, deberá sostener una escritura consistente a lo largo de todo el texto.

5) Aunque pueda parecer paradójico, el establecimiento de estos sistemas convencionales no ha unificado los criterios estilísticos y estructurales de escritura, sino que ha dado lugar a una proliferación de normativas que varían según la institución de la que se trate. Por este motivo, es recomendable que el autor consulte, antes de enviar un trabajo a una revista o un posgrado, si hay alguna regulación. En el caso de las publicaciones periódicas, es habitual que se incluya un instructivo para los autores acerca de la presentación del manuscrito.

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Aspectos tipográficos

(1) Las normas editoriales suelen incluir regulaciones acerca de los aspectos tipográficos del texto: fuente y tamaño en el cuerpo del texto, notas, título, nombre del autor, etc.

(2) Más allá de estas normas generales, suele quedar un vacío en torno al empleo de bastardillas o cursivas, negritas y subrayados en el texto. Daremos ahora algunas sugerencias generales al respecto.

(3) El subrayado pertenece al universo técnico de la mecanografía, el cual poseía menos recursos tipográficos para destacar elementos en el texto. Aunque algunas normas (como las de MLA) siguen recomendando su uso tanto en las referencias bibliográficas como en el cuerpo del texto, prácticamente se ha dejado de emplear y en muchos sistemas se encuentra expresamente prohibido.

(4) Las negritas se reservan, en las normas editoriales más difundidas, para títulos y subtítulos exclusivamente. No obstante, como veremos más adelante, pueden emplearse en el cuerpo del texto en combinación con otros recursos tipográficos.

(5) Las cursivas, por último, son recomendadas para realizar destacados en el cuerpo del texto. En este sentido, señalaremos los empleos más habituales.

A. Introducción de conceptos. Al nombrar un concepto por primera vez, es conveniente destacarlo en cursiva para señalar su importancia y su novedad en el texto. Luego, ya no es necesario hacerlo nuevamente:

Para este autor, los lazos sociales son clasificados como fuertes o débiles, siendo los primeros aquellos en los que los individuos invierten una mayor cantidad de tiempo, intensidad emocional e intercambios; los segundos, en cambio, son aquellos en los que efectivamente existe un vínculo con otro individuo, pero éste no representa una inversión de tal naturaleza. De este modo, los miembros de una familia establecen entre sí lazos fuertes, mientras que dos personas que simplemente se conocen, sin compartir grupos o instituciones en común fuera de su propia relación, establecen vínculos débiles.

B. Palabras en otro idioma. Las palabras o frases en otra lengua deben ir en cursivas toda vez que se las utilice. Esto incluye las abreviaturas y convenciones de origen latino como op. cit. o et al. Esta norma no incluye, sin embargo, citas tomadas de otro idioma, en cuyo caso rigen las normas al uso para citas.

Takiy / cantar: trenzar vínculos con la voz, regar la tierra y construir la memoria

Jaku kutipusun / ripusun wasinchiman: la invitación / la visita

En situaciones que ponen en riesgo los fundamentos discursivos de su identidad, los actores pueden recurrir a cierto savoir faire adquirido en su experiencia en el campo.

C. Destacados en citas. Hay veces en que, al citar un texto ajeno, el autor quiere destacar sólo una parte del mismo. En esos casos, se emplean las cursivas dentro del fragmento citado, aclarando junto a la referencia que el destacado pertenece al autor.

En este sentido, explícitamente se hace una distinción entre la historia reciente como objeto de estudio que compete a múltiples campos de investigación [...] y la historia reciente como un campo de estudios específicamente historiográfico, que interpela nociones y convoca debates que son propios de esa disciplina (Franco y Levin, 2007: 18, el destacado me pertenece).

D. Frases o palabras propias. Dentro del texto, es posible que el autor quiera otorgar mayor importancia a alguna palabra o frase que expone resultados, observaciones o conceptos propios que considera relevantes. En estos casos, las cursivas permiten cumplir con esa función.

En esta tesis ofrecemos un estudio de los orígenes del positivismo en teoría de la demanda, en el que tratamos de presentarlo como una metodología efectivamente ejercitada por economistas tales como V. Pareto, H. L. Moore o H. Schultz, y no como una instancia filosófica externa desde la cual analizar su obra.

(6) Además de estos casos, existen algunos empleos combinados de estos recursos tipográficos que pueden surgir en el proceso de escritura.

A. Destacados en citas que ya poseen cursivas. Si el texto a citar ya posee un destacado, pero el autor quiere señalar otro pasaje o una parte del mismo, puede emplear negritas, distinguiendo siempre qué recursos se encuentran en el original y cuáles son del autor.

Retomamos, al respecto, la definición de M. de Certeau:
Llamo estrategia al cálculo (o a la manipulación) de las relaciones de fuerzas que se hace posible desde que un sujeto de voluntad y de poder (una empresa, un ejército, una ciudad, una institución científica) resulta aislable (De Certeau, 1990: 43; cursivas en el original, las negritas me pertenecen)

B. Convenciones adoptadas. Muchas veces, dependiendo del tipo de tesis que se escriba, el autor puede requerir de un sistema de convenciones tipográficas que sirvan para cumplir sus propósitos analíticos. En ese sentido, antes de establecer uno propio debería consultar las convenciones al uso en la disciplina para participar del mismo lenguaje de la comunidad académica. Tal es el caso, por ejemplo, de la investigación en crítica genética, de donde tomamos la siguiente muestra:

Convenciones:
- Tachado: supresiones.
           Inesperadamente, Quiroga se puso en pie arguyendo impasible.
- Negrita sobre la línea a continuación del tachado: sustitución al correr de la pluma.
           Entonces un terrible horrible terror desvencijó la audacia del ganador.
- Cursiva: adición de otra mano.
           La maldición no parecía haber cesado todavía .

  (7) Como ya se ha señalado al tratar otros temas, los aspectos tipográficos deberán responder a las normas fijadas en la Institución educativa, revista o editorial a la que se enviará el texto. En caso de que no las hubiere, es importante mantener un empleo coherente a lo largo de la escritura que no se preste a confusiones.

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